Creo que muy pocos son los que pueden decir que hicieron pirola algún día en el colegio. Era superdifícil, los padres llamaban al colegio si te ausentabas y el tutor llamaba a nuestra casa. El documento oficial que se entregaba a los profesores para justificar la ausencia era una tarjeta de visita firmada y por detrás se alegaba el motivo de la ausencia-yo recuerdo cuando me casé haberme hecho tarjetas de visita y después de la boda creo no haber dado ninguna. Yo, no recuerdo si fué en 2º o 3º de EGB ,por una grave operación estuve medio curso sin asistir a clase, durante toda mi vida he de agradecerle a Don Juan José Romero que durante la 2º y 3º evaluación ,que fueron las que no asistí ni hice nunca ,me pusiera las mismas notas que la 1º y no me hiciera repetir curso y toda mi vida se hubiera retrasado un año y mis compañeros hubieran sido otros.
Creo que el único que puede decir que hizo pirola fue Oswaldo martín que en 3º de BUP-creo que abandonó el curso a mitad- fue bautizado por Emilio Lobán en uno de sus mejores motes como el Halley por la frecuencia por la que aparecía por clase. Recuerdo incluso que una evaluación de Latín particularmente dura y con muchos suspensos como un día que Oswaldo había ido a clase el Azagrón le mandó traducir una frase y la hizo bien, a pesar de suspender el examen él fue uno de los pocos que esa evaluación aprobó latín. Esas cosas sólo podían pasar con el Azagrón
martes, 28 de julio de 2009
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5 comentarios:
Gracias por la alusíón a mis motes, Ernesto. Desde luego era casi imposible lo de las pirolas, pero como "cuartel general" de piroleros estaban los futbolines del Pijas y el Chirolas, mítico bar convertido después en puticlub. Qué grandes momentos pasamos allí, especialmente jugando al futbolín y al billar. No teníamos un duro y era difícil permanecer sin consumir, pero sobre todo me acuerdo que para las fiestas del Pilar nos concentrábamos el día del pregón medio colegio, tanto de nuestra quinta como por arriba y abajo, y el jolgorio que se montaba era espectacular, terminando habitualmente con gritos contra algún cura desde los porches de la plaza San Francisco. Luego te unías al pregón (al de verdad, al que nos tiraban agua desde las ventanas), y puede que fuera lo más divertido de entonces.
Habia varios expertos en las pirolas....Oswaldo era uno, Virginia(no me acuerdo del apellido) fallo casi todo tercero,a una repetidora (Elena) el Padre Mario (herr mario, para otros)le llamo Guadiana.......Colás iba a dias, un brindis por ellos en el Chirolas
Míticos efectivamente los motes del amigo Emilio, ¿verdad Noodles?
Por cierto Fernando, creo que Virginia era Vidal de apellido y, efectivamente, la pobre Beatriz Solanas que la tenía a su lado estuvo más sola que la una.
Encantado de saludarte, David, y bienvenido al club de los nostálgicos. La semana pasada estuve de "Rodriguez" y me metí en vena "Erase una vez en America" de tirón. Nunca olvidaré que fuiste el primero que me guió por ese tipo de películas, que me dejaste la novela "El Padrino", que me regalaste una montonada de sellos, que tu bendita madre nos alimentó durante bastante tiempo mientras veíamos videos o escuchábamos cintas de Los Luthiers, y que pertenecías al 50% del equipo de basket que nos descojonamos de risa el día que un tipo enormemente gordo nos hizo una foto.
Me alegro que aún se recuerde con cariño alguno de mis motes, de los cuales como bien sabéis ni yo mismo me libraba. Algunos desde luego son inconfesables en espacios públicos, pero los que sean simpáticos los iremos comentando. Un abrazo.
Chirolas (1 BUP y 2 BUP) y Vaboli (3 BUP y COU), donde se podian ver ver peliculas por la patilla, mientras se convivia con gente "muy interesante".
Toño G., Oswaldo M.,Elena I,Apo A.,Marta y Pepe P.,entre otros, podian ser observados con cierta asiduidad.
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